lunes, 31 de marzo de 2014

Amanecer. Parte 2


Nunca he visto la saga completa de Star Wars. Jamás me pasé ningún Mario Bros. Dejé a medias Twin Peaks. Sólo me he leído los dos primeros libros de El Señor de los Anillos. Mi perro se moja cuando llueve porque no terminé de construirle el techo a su casita.
Pero hoy todo a cambiado. Hoy he acabado lo que empecé. Hoy puedo decir orgulloso:
"He visto la saga Crepúsculo al completo".

Antes de sacar conclusiones, haré el resumen de la película por si alguien se quiere ahorrar dos horas de su vida (sí, dura casi dos horas).

Bella y Edward, en su infinito egoísmo característico, vuelven a meter en problemas a la gente que les rodea. En este caso es porque tienen una hija. Una dulce niñita que nace con una grave anomalía: tiene la cara como un jugador del FIFA '98. Obviamente este engendro ha de ser destruido por los Vulturi (los vampiros malos).
Ante tal amenaza, la familia Cullen se pone en guardia. Sacan del armario sus mejores modelitos y emprenden un viaje alrededor del mundo en busca de aliados vampiro. 
A estas alturas Bella ya es una vampira, cosa que no le impide continuar siendo un cero a la izquierda. Sus nuevas tareas como criatura todopoderosa e inmortal se limitan a pintarse la cara como una puerta, jugar constantemente con los sentimientos de su padre y no aportar solución alguna al problema que se le plantea.
En unas semanas, los Cullen (que no Bella ni Edward) reclutan un minúsculo ejército de estereotipos de vampiros procedentes de los cinco continentes.
Mientras tanto, el gran olvidado, Jacob, ya no pinta nada. Alicaído en su papel de segundón, tarda casi media hora en quitarse la camiseta. Aún así decide apoyar a Bella para así desviar la atención sobre su recién descubierta afición a la pedofilia.
Con este elenco llegamos a la batalla final. Ambos bandos se citan cual Hooligans en un descampado para arreglar sus asuntos de la única forma que saben. He de decir que en esta batalla se produce un giro de guión inesperado y gratamente sorprendente. Aún así el final es el esperado: El triunfo del amor.

Así acaba una de las sagas más grandes de los últimos años. Un maravilloso viaje lleno de excesos de maquillaje, actuaciones dramatizadas, torsos desnudos, supervelocidad, manos en los bolsillos y amores sobreactuados. Una epopeya que ha iluminado el alma de miles de espectadores. Una oda a la exageración digna de las mejores historias dramáticas. Un romance épico que me ha encandilado de principio a fin.

Después de estos grandes momentos, sólo me quedan palabras de agradecimiento.
Gracias Bella por estas cinco películas. Gracias por enseñarnos a mirar hacia otro lado ante las adversidades. Gracias Edward por esa expresión de circunstancia eterna. Gracias Jacob por no rendirte nunca a pesar de que eres pobre y no vas a la escuela y sólo te dedicas a trucar motos. Gracias padre de Bella por llevar bigote. Gracias familia Cullen por aparecer todos los meses en la revista "Tu Hogar". Gracias hija de Bella por transmitir fuerza y esperanza a los que sufren la enfermedad de "cara pixelada". Luchando se puede superar. Gracias Departamento de Asuntos Sociales por entender que el amor está por encima del ausentismo escolar. Gracias, de verdad. Os estaré eternamente agradecidos. Forever.

Lo mejor: Soy fan del padre de Bella. Es consciente de que vive en un perenne engaño pero aún así se la sopla. Me veo reflejado en él. Está ahí por estar. Es espectador de una película que ni le va ni le viene y por eso se lo toma con calma. "¿Qué Bella está muerta? Pues vaya... ¿Que Bella está viva? Pues bien, no?"
Lo peor: Lo único que le faltaba a Bella para cerrar el círculo de inexpresividad era ser un vampiro. 
Conclusión: Me vida ahora está un poco más vacía. Más vacía, pero más llena a la vez...