martes, 6 de marzo de 2018

Déjame salir



Entramos en materia. Ganadora del Oscar al mejor guión y gran triunfadora en los premios Spirit (¿alguien había oído hablar de ellos?) llega la película que ha supuesto un punto de inflexión en mi forma de ver el cine. Antes de empezar quiero dejar claro algo: "Déjame salir" es, a todas luces, una de las mayores mierdas que he visto en mi vida.

La historia va de Chris Washington, un joven negro que...
- ¿Cómo?? ¿He oído joven afroamericano? ¡Id sacando brillo al Oscar!
- Pero señor, si todavía no sabe ni de qué va la película...
- ¡Calla, racista de mierda!
- Lo siento, señor Weinstein.

Chris Washington es un joven de color (negro) que tiene una novia de color (blanco). Como en todas las relaciones, tiene que afrontar un paso difícil, ir a conocer a los padres de ella. La cuestión es doblemente peliaguda, Chris es negro y sus suegros son radiantemente blancos.
En un ambiente tan blanco surgen leves roces raciales o momentos incómodos.
- Oye suegro, ¿me das un Ducados?
- No fumo negro.
- Pues dame un Fortuna.
- Te he dicho que no fumo, hostias.

Cuando parecía que esta mierda acababa aquí, empieza lo bueno de la peli. Empieza la parte que ha merecido un puto Oscar al mejor guión:
Pongamos que tú, lector, eres un anciano, rico y blanco. Como estás harto de tu cuerpo pellejo, llamas a los suegros de Chris para que rapten a un joven y atlético afroamericano. Os tumban a los dos en un quirófano y meten tu cerebro en el cuerpo del negro (y el cerebro del negro lo tiran a la basura). Así, en media hora, sales del quirófano con un cuerpo totalmente nuevo, musculado y negro.
Pum. Oscar.

Lo mejor: Vamos por el buen camino en la lucha contra el racismo. Era necesaria esta película. El rapto y la posterior extirpación de cerebros es un tema que tiene que dejar de ser tabú.
Lo peor: Tiene un aire a "El ciempiés humano" pero por alguna extraña razón una está considerada una basura de serie B y otra tiene un Oscar. 
Conclusión: Ya fuera de bromas, esta película no cumple con los requisitos mínimos. Es una película de estudiante de dirección y guión. Este año los Oscars han dado vergüenza ajena y lo peor no es eso, lo peor es hacer malabares mentales para justificar esta película como lucha por la igualdad. Moonlight era una película con calado social. Y era buena. Déjame salir es un chiste.


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