lunes, 5 de marzo de 2018

Tres anuncios en las afueras



Al igual que todos los años en los Goya tenemos un drama social bien patrio, los Oscars no podían ser menos. En lugar de Luis Tosar, de Lugo, ellos tienen a Woody Harrelson, de Texas. Suficiente para que salgamos a las calles pidiendo un Oscar por cualquier mierda que huela a Old West.

Pueblo de Missouri, zona agreste en el culo de Estados Unidos donde la vida se rige por la ley del más fuerte. Nuestro protagonista, una persona taciturna de 60 años al que los fantasmas del pasado han agriado el carácter hasta el punto de vivir fuera de la sociedad, clama venganza. Implacable, plantará cara al sheriff y al alguacil de la ciudad a los que culpa de no hacer nada para encontrar a los forajidos que violaron y asesinaron a su hija. Haciendo gala de una dureza aplastante y unos métodos no siempre dentro del marco de la ley, nuestro particular Llanero Solitario se tomará la justicia por su mano con el fin de llegar al fondo del asunto.
¿Es Clint Eastwood? No, es Frances McDormand en un nuevo refrito.

Lo mejor: Para dar impresión de seguridad y dureza, a los de estilismo no se les ha ocurrido nada mejor que vestir a Frances McDormand como una pandillera del penal de San Quintín.
Lo peor: Woody Harrelson es de Texas y solo hace papeles de tópicos sureños (sheriff, asesino a sueldo, esposo de su prima...) Es como si Luis Tosar solo hiciese papeles de gallego (estibador, traficante, señor indeciso...)
Conclusión: ¿Merece más el Oscar que "La forma del agua"? Sí. ¿Merece un Oscar? No.


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