domingo, 26 de febrero de 2012

Moneyball: Rompiendo las reglas


Fin de semana de celebración. "Mouth on Fire" cumplió un año y esta noche son los Oscars 2012. Por eso tiro la casa por la ventana y me he currado una cabecera nueva (¡qué loco estoy!) y voy a hablar de una de las películas nominadas.

Moneyball es el claro ejemplo de oportunismo Hollywoodienese (¿se escribe así?). Todos los años es el mismo rollo. Directores, actores y productores están como hienas acechando entre los arbustos. Pacientes carroñeros que no dudan en esperar semanas, incluso meses, hasta que ven aparecer a lo lejos su presa: un desnudito e indefenso Oscar. Entonces es el momento de saltar y estrenar sus sucias películas. Por tanto, cualquier film que antes de verano hubiese sido simplemente media-buena; según se acerca la fecha de los Oscars se convierten en auténticas obras maestras.
Así, los incautos Oscars, se dejan engatusar y nominan a todos estos buitres que durante el año han estado tocándose la viola y que esperan el momento perfecto para deslumbrar al mundo del espectáculo con su peliculilla. Este año tenemos a George Clooney, Meryl Streep, Spielberg, Brad Pitt, Scorsese o Leonardo DiCaprio (aunque a éste no le ha salido bien) como claros ejemplos de "timing" perfecto. Alguno acabará pillando.

Hoy hablo de Moneyball. Una película formalmente impecable, con ritmo, con Brad Pitt, sobre béisbol, que habla de la auto-superación y estrenada pasado el verano. Conclusión: Nominada a mejor película del año y al mejor actor. Ahí está. Claro que sí. Así sí.

Y es que Moneyball no es una película mala. Va de que Brad Pitt es el mánager de un equipo de paquetes de béisbol. Como no tienen pasta para fichar a buenos jugadores, contrata a un gordito friki (para engrandecer aún más a Brad Pitt) que tiene todas las estadísticas de todos los jugadores. Así se hacen un equipo basándose en estadísticas y fórmulas matemáticas. Fichan jugadores que, a priori son unos minusválidos que ningún equipo quiere, pero que estadísticamente son de lo mejorcito. De este modo, baten el récord de partidos consecutivos ganados, casi ganan la liga y, lo que es más importante, reúnen un equipo competitivo con un presupuesto mínimo.
No está mal. Más o menos el mismo rollo de siempre que para pasar la tarde está entretenida pero poco más. ¿Merece el Oscar a la mejor película? Ni de coña. ¿Y Brad Pitt el de mejor actor? Ha hecho papeles mejores. Pero gracias a un hábil estreno, ahí los tienes, nominados. Esto es lo que me jode de los Oscars.

Lo mejor: Que la película de Justin Bieber no esté nominada a nada.
Lo peor: Que Moneyball esté nominada y Drive no.
Conclusión: Con los años, a Brad Pitt cada vez se le echa la mandíbula más para adelante.

2 comentarios:

  1. Tiene un tufillo a película oportunista que echa para atrás, pero seguro que convence. A todo esto, ¿Brad Pitt no dijo que se iba de la interpretación? Vaya avispadillo que está hecho.

    Por cierto, que tampoco está nominado Fassbender por Shame.

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  2. Moneyball no está mal, y Shame habrá que verla, a pesar de que dicen que a Fassbender se le ve más la cola de lo necesario.

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