jueves, 8 de enero de 2015

Interstellar


A Christopher Nolan se le ha ido la olla. Ha alcanzado un nivel superior y ahora parece ser que es astrofísico. Y como le han debido de dar beca en la NASA, ha decidido darnos a todos unas lecciones de superficial realidad.
Muy bien el detalle de que en el espacio el sonido no se propaga lo suficiente como para ser audible. No es necesario que me pongas cien planos en "mute" de cosas que supuestamente harían ruido. Muy guapo el agujero negro. Sí, ya he leído que te ayudó no se quién a diseñarlo y ha asombrado a la comunidad científica por su realismo. ¿La dilatación del tiempo en campos gravitatorios extremos? Aham. ¿Que Matt Damon está panceta? Hace tiempo que vimos el anuncio de Nespresso. ¿Gravitones? ¿Neutrinos? ¿Fotones? ¿Gritones?

Pero mientras Nolan echaba cuentas para calcular con minutos y segundos cuánto se tarda en llegar a Saturno, se le olvidó el guión en su casa de la Tierra.
Pero, ¿es que no hemos aprendido nada en estos años? ¿Quién es ese tal guión que parece que siempre tiene que estar? Maestría detrás de la cámara, rigor científico, un buen fajo de dólares y una epicidad infundada por sus casi tres horas de metraje son más que suficiente para llevar a cabo una patochada de niveles cósmicos.

Sin duda es de las películas que más aturdido me ha dejado en los últimos años. No se si es que a mí se me ha nublado la mente y es un peliculón o que realmente alguien se está riendo de nosotros. Yo creo que es lo segundo.
Por lo visto Matthew McConaughey (intenta escribirlo sin la ayuda de Google) es el alfa y el omega. Es el primer granjero galardonado con un Nobel. Compagina la recogida del boniato con una ingeniería aeroespacial. Lo que le pasa es que sale poco de casa y por eso no se da cuenta de que entre sus campos de maíz hay escondida una base super secreta de la NASA. Obviamente, después de llevar 45 años viviendo allí, era cuestión de tiempo que la descubriese.
He aquí el meollo de la cuestión. La NASA anda corta de astronautas y meten al amigo Matthew en una nave para buscar planetas habitables en otras galaxias. Pues ya lo típico, aventurillas en el espacio aderezadas con agujeros negros y alocadas paradojas temporales.

Pero Matthew lo revienta tanto y es tan dueño y señor del espacio y del tiempo que, en lugar de descubrir otro planeta, lo que descubre es ¡la Quinta Dimensión! Una quinta dimensión que se encontraba escondida detrás de la estantería de la habitación de su hija. Algo bastante decepcionante el hecho de ser una especie de semiDios con un increíble poder acotado a unos pocos metros cuadrados.
Total, que gracias a Matthew, la Humanidad se hace dueña y señora del espacio, el tiempo y la gravedad. Que se aparten las reglas que rigen el Universo que aquí vengo yo.

Lo mejor: Que la hija haya salido al padre y sea ingeniera aero espacial del universo.
Lo peor: Que el hijo haya salido al padre y sea un granjero analfabeto que viste petos.
Conclusión: Dominada la quinta dimensión, se puede decir que la Humanidad ya se ha pasado la vida.











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