martes, 10 de mayo de 2011

Tokio Blues


Hoy es un gran día para Mouth on Fire! Se une a nuestra familia otro pobre infeliz que desea dejar de lado una vida con futuro para dedicarse a escribir en un blog. Demos la bienvenida a Reckoner, un redactor cuyos cuidados vocablos y refinada poesía harán las delicias de los más exquisitos a la par que desorientará a los menos leídos.. Bravo!








Director: Tran Anh Hung.
Reparto: Ken'ichi Matsuyama, Rinko Kikuchi, Tetsuji Tamayama, Kiko Mizuhara, Kengo Kora, Reika Kirishima

Año: 2010.
BSO: Jonny Greenwood.




Tokio Blues está basada en la novela homónima de Murakami a la que a partir de ahora, y para ir abriendo boca, le quito el Blues y le pongo un Bluff, porque es éso, un gran y dilatado Bluff. No me voy a andar con subterfugios ni soporíferos pasajes literarios para relatar el tedio sufrido en el cine viendo esta prometedora, pero terriblemente decepcionante, película. Mi intención es ahorrarte tiempo, Blogger de mi corasón. Si Tokio Bluff son pequeños esputos pausados, ralentizados,slowmotioneados, el ejercicio aquí es, y perdóname la bizarrada metafórica, pero te recuerdo que esto es "Mouth on Fire" y que la puerta de los cobardes está ahí, justo detrás de ti… Repito: el ejercicio aquí es más bien un vómito directo, con tropezones y bilis putrefacta expulsado todo a reacción . ¡Qué menos después de tan amargo bocado que acentuó mi ya maltrecho y sensible estómago fílmico!. Qué acidez, señor.

Tokio Bluff intenta, sin ningún éxito, hablar de la pausa, el dolor y la desorientación emocional ante la tragedia de la pérdida de las personas queridas. Un escenario en principio terrible, prometedor, con media tonelada de vellos de punta esperando ansiosos en las butacas, pero que el director se ha encargado de dinamitar, decorando la escena con personajes tan irritantes, pusilánimes, incoherentes y tan terriblemente increibles (en el peor sentido posible de la palabra) que no invitan ni a la compasión ni a la empatía. Sólo al asesinato. Diálogos dignos de un disléxico emocional y un tartamudo social. No exagero si digo que muchas veces parecía asistir a aquellos doblajes de El Informal en su época dorada. Recuerdo uno que prometía un momento de dolor, de cuasi lagrimilla y estuve al borde del fallecimiento carcajeante. Decía asi, casi como un verso de Bécquer:

- Te llamo porque mi padre ha muerto, (entre sollozos y lágrimas) prométeme que veremos una película porno, pero muy muy guarra por favor.

Uff… ¿Pero qué mierda es ésta? Ni me produce llanto ni me produce excitación. Si acaso risa. Pensé que en cualquier momento se dirían lo de “¿nos hacemos unas pajillas?“.


La interpretación…¿Qué decir de la interpretación? Si ves el jotapegé del cartel que acompaña el texto verás más expresividad que en toda la película. Era para arrancarse la uñas con palillos. ¡Una sosez…! Sus rostros parecían estar constantemente interpretando un especie de mix entre ese momento en el que te intentas aguantar el eructo y el que precede al dolor cuando te das con el dedo pequeño del pie en un esquinazo. Tran Anh Hung , enfrenta discursos antagónicos en un ejercicio arriesgado con el fin de que se sostegan mutuamente, pero que termina por ser absurdo, innecesario y ridículo. Eso cuando había diálogos, claro, porque a veces se intentaba justificar el aburrimiento visual por el transfondo narrativo y emocional. La capacidad de pasar la frontera del tedio y llevarte al goce en secuencias donde parece que no sucede nada sólo está al alcance de unos pocos, querido Hung. Date cuenta.

No se salva nada. Los personajes aparecen y desaparecen de la narración de forma totalmente injustificada y no se profundiza en ninguno de ellos. Lo mismo me pasa con la banda sonora. Tan potencialmente brillante y a la vez tan desaprovechada, maltratada, amputada y maniatada por los vicios de Hung, que queda en un plano terciario.

Seguir escribiendo sería como esos planos secuencia infinitos injustificadamente, carentes de sentido y lógica, que inundan la pantalla. No te molestes en verla. Es mejor que te vayas a ver una peli porno, pero muy muy guarra, por favor.




4 comentarios:

  1. Qué gusto leer una prosa tan cuidada y perfecta, pero que sin embargo esconde bajo esa superficie una mala leche digna de reseñar. ¡Ole! Esto va cada vez mejor, un placer darle la bienvenida, Mr. Reckoner.

    Nos leeremos por aquí, no se demore en la siguiente.

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  2. A ver si os ponéis fotos, por cierto.

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