viernes, 31 de julio de 2015

Ant-Man

Ant Man, el Hombre Hormiga, Criticas de cine, Marvel, Película


Tenía grandes expectativas puestas en este pequeño superhéroe. El Hombre Hormiga significaba un esfuerzo por parte de Marvel para plantear algo distinto. Aún así, a pesar de toda la ilusión, de la gran campaña de marketing y del gran potencial, yo sabía, aunque no quería reconocer, que Ant-Man iba a ser el mismo rollo de siempre.

Marvel está acomodado. Ha hecho un amago de cambio pero pronto ha reculado. Pero la culpa no es suya, ¿para qué innovar si aquí lo que nos mola es ver el poderoso y torneado brazo de Hulk dando hostias? Aquí el problema lo tiene el público.
Así es, con cada película nueva, nos defraudamos a nosotros y a la vez matamos un poquito a Marvel. Y lo peor es que no nos damos cuenta. Esto es como beber todos los días leche porque nos gusta mucho. Al principio todos contentos; nosotros tenemos lo que queremos y el granjero feliz porque obtiene beneficio. Pero si no paramos, llegará un momento en que la vaca reviente mientras a nosotros nos sale la leche por las orejas. Y todavía señalaremos al granjero por haber matado a la vaca. Lo que sea con tal de no reconocer que éramos unos drogodependientes lácteos.

Y es que manda huevos que después de X-Men, Spiderman, Daredevil, Hulk, Elektra, Los Cuatro Fantásticos, Iron Man, Wolverine, Thor, Capitán América y los Guardianes de la Galaxia, salgamos de ver los Vengadores y digamos: "No está mal... más o menos lo mismo de siempre pero está entretenida". ¿De verdad? ¿Más o menos lo mismo de siempre? ¿Cuánto más tenemos que beber para explotar?

Pero el colmo no es eso. Lo que ya es la hostia es salir de ver Ant-Man y decir: "Se les ha ido la olla, es demasiado parodia". ¿Véis como nos merecemos lo peor? Que no os extrañe que nos caguen en la boca todos los días (soy un poeta).
Si lo que queremos ver es a Tony Stark haciendo chascarrillos mientras fantaseamos con dejar de ser unos jodidos frikis y poder lucir su perillita de panoja, pues perfecto, pero no exijamos más porque no lo merecemos. Ahora, a hacer tiempo encerrados a oscuras en la habitación viendo porno delante del ordenador hasta que estrenen Vengadores: Infinity War.

Ant-Man ha hecho una leve intentona. Un amaguillo de hacernos olvidar la eterna pesadumbre del Capitán América. Pero claro, que si el malo no está a la altura, que si los secundarios son muy cómicos, que si hay una historia familiar de fondo (por muy mierda que sea), que si el protagonista no es serio... pues nada, a volver a Asgard. Un soplo de aire fresco que se va para no volver. Pero es que hay que tener amplitud de miras para apreciar lo bueno.

Lo mejor: Siempre he sido fan de "Atom", un superhéroe de DC, que podía reducirse hasta el tamaño de un átomo. Para mí es imparable. Meterme por la nariz de alguien para, una vez dentro, expandirme sería un sueño. El Hombre Hormiga ha sido lo más cercano que he podido ver hasta la fecha en un cine.
Lo peor: En mi infinito enfado, no he hablado nada de la película. No os engañéis, es esperanzadora pero sigue siendo la misma gañanería. Ant-Man es un parguela, un delincuente elegido por Michael Douglas para llenar el vacío del hijo que nunca tuvo. En un acto de insensata confianza le da el traje de Hormiga para que salve al mundo. Obviamente Ant-Man es bueno y hace lo que le dice Michael Douglas. Un Michael Douglas que sale mucho en la peli, debe ser que le han tenido que pagar bien y había que amortizar. Ant-Man lo hace todo bien y se gana la confianza de su hija, su ex-mujer y el nuevo marido de ésta, el protagonista de "Rompe, Ralph". 
Conclusión: El que maneja aquí es Michael Douglas, que tiene un WhisperXL con el que da órdenes a las hormigas.

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