miércoles, 30 de septiembre de 2015

Gravity


Es difícil entender cómo ha llegado esta gente a orbitar alrededor de la Tierra. El reparto de Gravity, en representación de los grandes intelectuales espaciales, es el siguiente.

#1 Matt Kowalski (George Clooney): Ya sabemos todos cómo es George, con su eterna sonrisa de soslayo y aires de petarlo por donde pasa. Está bien que vayas de sobrado si robas casinos en Las Vegas, si eres Batman o si eres médico de urgencias; pero no si estás en medio de la nada. No tiene sentido, nadie te puede ver. Pero no podemos cambiar a George.

Y es que el amigo Clooney por lo visto vive en el espacio. Anda (flota) como Pedro por su casa. Se ha debido de comprar un adosado en la Luna y ya poco le sorprende a ingravidez cero. Es tal su autosuficiencia que ya ni curra ni nada. Mientras sus compañeros se dedican a arreglar la nave, él se dedica a deambular con su traje autopropulsado. De hecho la NASA ha aceptado su rol y ni le preguntan ni nada. Se limitan a escuchar sus historias y gracietas interestelares.

George Clooney lo revienta. Ni suda ni se pone nervioso. De hecho, su nivel de sobradez le hace ser inmune al miedo ante la muerte. A la deriva, flotando inerte hacia la infinita soledad, desprende una paz impropia de alguien que va a ser engullido por el resto de los tiempos en el espacio exterior. El espectador obviamente no siente pena por su muerte. De hecho, se va tan de sobrado que dudas si se va a morir o es que realmente se va a echar la siesta a la galaxia vecina. George sonríe, nosotros sonreímos. Está en casa.
"Me voy pero vosotros aquí os quedáis, pringaos".

#2 Astronauta aleatorio: Este es un astronauta que sólo sale de espaldas y de lejos. Obviamente está hecho a ordenador para abaratar. Su prematura muerte no pilla por sorpresa a nadie.

#3 Ryan Stone (Sandra Bullock): Es el contrapunto de Yorch (Clooney). Mientras éste era un semidios espacial, Sandra es la becaria en su primer día. Hagamos un resumen del film desde el punto de vista de la señorita Bullock.

Sandra se levanta temprano para ir a limpiar las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral. Mientras está pasando la mopa en la cabina del cohete espacial, éste despega con ella dentro. Junto a Sandra viajan George Clooney en calzoncillos y un señor hecho a ordenador.
En su primer día en el espacio, Sandra sale con el traje de astronauta a sacar brillo a los paneles de la nave, con tan mala suerte que una lluvia de chatarra espacial mata a su extraño compañero a ordenador y provoca que George Clooney tenga que perder la vida para salvar la de Sandra.

Desde ese momento, los mediocres esfuerzos de nuestra recién diplomada cosmonauta se centran en regresar a la Tierra. También he de decir a su favor que el nivel de infortunios a los que tiene que hacer frente es bastante desproporcionado. Aún así, con desgana y ayuda de los manuales de uso de la NASA, consigue regresar a la Tierra y acudir a su trabajo nocturno como striper en Palm Beach.

Lo mejor: La esperanza que da ver cómo se puede pilotar una nave espacial tirando de instrucciones de uso. Cosmos, allá voy.
Lo peor: Sandra Bullock, con su torpeza, se convierte en la primera cosmonauta capaz de provocar un incendio devastador en la estación espacial internacional a base de darse golpes contra las paredes.
Conclusión: Nadie llora la muerte del astronauta aleatorio hecho a ordenador. Me parece de una insensibilidad tremenda tratarlo como un peatón aleatorio del GTA. Ojalá hubiese muerto Sandra Bullock y que se salvase él. Un poquito de tacto, por favor.


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